Si hubo un protagonista absoluto
en la 88 edición de los Premios Oscar ese fue Jacob Tremblay (‘La
Habitación’). Sí, como lo escucháis. Ni DiCaprio, ni González Iñárritu, ni
Chris Rock. El nuevo niño prodigio de Hollywood eclipsó a todas las estrellas
con su desparpajo e ilusión. Ilusión, que nos hace bastante falta.
Pese a
que vivo en España soy de las que se queda hasta el final para verlo todo.
Desde la alfombra roja hasta que cae el telón del Dolby Theatre de Los Ángeles
y comienza de nuevo la cuenta atrás. Llevo años haciéndolo y este no podía ser
menos. Pero vayamos por partes…
La
alfombra roja este año me ha decepcionado un poco. No entiendo de moda ni
marcas, pero siempre he sabido lo que me gusta y en esta edición no ha faltado
glamour pero sí muchas grandes estrellas. ¿Dónde estaba Brangelina? ¿O Dakota
Johnson? ¿Por qué Jennifer Lawrence pasó de todos y llegó tan tarde? La verdad
es que podría llevarme una eternidad nombraros a todos los que me faltaron,
pero sí que me gustó mucho de lo que vi. Mi favorita sin duda alguna fue Rachel McAdams (‘Spotlight’) y el
vestido minimal que lució firmado por August Getty. Para mí también
destacó el estilo gótico chic de Rooney Mara o el mono blanco de Lady Gaga. Me
decepcionó un poco Alicia Vikander (‘La chica danesa’). El vestido no me
horrorizó como a algunos pero no corresponde a su trayectoria en los últimos
meses en cuanto a estilo se refiere.
En
cuanto a los chicos para mí el buen gusto tuvo nombre propio. Michael Fassbender.
Siempre correcto y siempre con esa sonrisa imborrable en los labios. Simplemente
perfecto.
Pero
vayámonos de gala. El encargado de amenizar esta ceremonia fue, de nuevo,
el actor y cómico Chris
Rock que consiguió que la ceremonia no se nos hiciera eterna pero
que explotó hasta decir basta la bromita de la falta de diversidad en las nominaciones.
Era obvio que debía tocar el tema, pero lo hizo el eje central de la gala de
principio a fin y dejó de hacerme gracia a la tercera. Lo siento.
Momentos
que destacar hay muchísimos, vayamos poco a poco. Sin duda, fue la gala de
los Oscar más comentada en Twitter de la historia y tuvo dos claros
protagonistsa: Leonardo
DiCaprio y el oso de ‘El Renacido’. Los que me conocéis
sabéis que no soy muy de DiCaprio y que mi favorito para llevarse la estatuilla
dorada era Fassbender, pero reconozco que la carrera del actor norteamericano
es brillante y, ya puestos, merecía ganarlo este año. Ponerse feo y sufrir
mucho en una peli suele gustar a los académicos. Su discurso fue demasiado
forzado y todos sabíamos de qué hablaría pero, ¿sabéis por qué mereció la pena?
Por ver la emoción en la cara de Kate Winslet (‘Steve Jobs’).
Otro
de los momentazos que destacaría de la noche fue el beso entre Vikander y
Fassbender, confirmando su relación, cuando ella subió a recoger su Oscar a la
mejor actriz de reparto. O el abrazo de Brie Larson a su compañero, y absoluto
protagonista de la noche, Jacob Tremblay. Con él compartió su Oscar a la mejor
actriz por ‘La Habitación’.
Una de
las grandes sorpresas fue cuando Stallone, o Rocky, fue vencido por Mark Rylance (‘El Puente de los Espías’) en
la categoría de mejor actor de reparto. Rylance se marca un papelón en la
película de Spielberg pero los amantes del cine necesitábamos ver a Balboa en
el escenario del Dolby. Hubiese hecho historia. Historia viva del cine que se
perpetuará en las redes sociales gracias al mensaje que le dedicó a Stallone su
gran amigo Arnold Schwarzeneger con el ya mítico “estoy orgulloso de ti, Sly”.
La
aparición de los droides de ‘Star Wars’, C3PO, R2D2 y BB-8, fue fantástica – y la reacción al verlos en
el escenario de Jacob-, así como el hecho de que fueran Buzz y Woody (‘Toy
Story’) los encargados de entregar el premio a mejor película animada, que fue
a parar a las manos de los creadores de ‘Inside Out’ (‘Del Revés’).
Enfadada
me quedé cuando Lady
Gaga perdió su Oscar a la mejor canción. Sam Smith es
maravilloso, no me entendáis mal, pero sólo por la actuación que se cargó la
MamyMonster merecía ese Oscar. Fue la protagonista del momento John Legend del
año pasado. Muy emotivo también fue el ‘In memorian’ con música en directo o la
dedicatoria de Ennio
Morricone -87 años- a John Williams tras derrotarle en la categoría
de mejor banda sonora original. Morricone también tuvo palabras para Tarantino
y sus ‘Odiosos Ocho’.
‘Mad
Max: Furia en la carretera’ de George Miller tuvo que conformarse con los
premios más técnicos. Vestuario, peluquería y maquillaje, efectos visuales…
Todo un homenaje para los que se encontraban tras las cámaras de Mad Max.
Alejandro González Iñárritu (‘El
Renacido’) también hizo historia al alzarse por segundo año consecutivo con el
Oscar a mejor director – el año pasado lo hacía por ‘Birdman’-. Por supuesto,
Iñárritu aprovechó para dar un discurso sobre la necesidad de abrir fronteras
también en el cine. El director de ‘El Renacido’ se acordó también de DiCaprio
y Tom Hardy a los que agradeció su trabajo.
Y la
gran sorpresa… El gran Morgan Freeman se subía al escenario para dar a conocer
el nombre de la película del año y todos nos sorprendíamos -yo me alegraba
mucho- al escucharle pronunciar el título de ‘Spotlight’. La
película de Tom McCarthy, que también se llevo el Oscar a mejor guion original,
se alzaba con la preciada estatuilla convirtiéndose en la primera película
sobre periodismo puro y duro en ganar el Oscar. Un mensaje alto y claro para la
Iglesia de Boston de parte de Hollywood que se rendía ante el talento de un
plantel de actores que lo ha bordado.
Y EL VESTIDO DE LA NOCHE...
Al menos para mí. Sexy,
sencillo y sofisticado. Rachel McAdams.
PD: Nunca olvidaré las caras
de Tom Hardy durante esta ceremonia. Chulo a más no poder. Tom Hardy en estado
puro.
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