jueves, 3 de diciembre de 2015

#LJDH. El final de una revolución


Concluir una saga de la magnitud de 'Los Juegos del Hambre' no debe ser tarea fácil y, en esta ocasión, lo han hecho bien. Me explico. 

En 'Sinsajo. Parte 2' vemos como Katniss (Jennifer Lawrence) y Peeta (Josh Hucherson) desempeñan sus papeles como peones en una guerra física y propagandística entre el Capitolio, liderado por el presidente Snow, y los rebeldes, liderados por la presidente Coin. 

Con esta película, además, somos testigos del agotamiento de ambos personajes y su incapacidad para saber si todo lo que ocurre en su mente es real o no, reflexionando sobre hasta dónde son capaces de llegar las personas en una guerra. Un conflicto que vemos reflejado también en los personajes de Katniss y Gale (Liam Hemsworth), cuya relación vemos evolucionar un poco más en el sentido más romántico para después establecer entre ellos un abismo debido a sus distintas opiniones acerca de la guerra y sus consecuencias. 

Igualmente, y a diferencia de las anteriores entregas, casi no hay planos que busquen resaltar el simbolismo del personaje de Katniss, su carácter como icono de la rebelión. En 'Sinsajo. Parte 2' nos encontramos ante una protagonista con el alma destrozada y que sabe que el camino de iniciación que ha emprendido sólo le traerá dolor. Algo que, por otra parte, Lawrence transmite a la perfección.

'Sinsajo 2' no promete al espectador un mundo mejor, sino que muestra la facilidad con la que los seres humanos volvemos a equivocarnos, a la vez que destaca que el círculo de violencia en el que caemos a veces no es tan fácil de romper como uno cree. La escena en que la presidenta Coin (Julianne Moore) informa a los vencedores supervivientes de la posbilidad de organizar unos nuevos Juegos del Hambre es sublime. La muerte de Coin, mucho más. La mejor escena sin duda de toda la película.

Punto aparte merece como siempre la actuación de Donald Sutherland como el presidente Snow y su conversación casi al final con Katniss. ¡Cómo nos han engañado!

El abatimiento y la derrota que pesa en algunos planos de 'Sinsajo 2' posee la suficiente potencia como para creer que es una de las mejores películas de la saga, por no decir la mejor. Da igual si nos gusta o no el final. 

Hay otras dos escenas que me dejaron al borde del colapso, para bien. La escena en la que Katniss y Gale se despiden para mí tiene poco más que añadir. Los que la hayáis visto seguramente os emocionasteis como yo, pese a que Gale no ha tenido el papel que merece en la saga para mi gusto. La otra es la de Katniss y el gato de su hermana Prim. Maravillosa. 

Con el corazón encogido me dejó la muerte de Finnick Odair, que ya conocía por los libros, y que para mí ha pasado muy desapercibida. Pero no soy objetiva, Finnick es uno de mis personajes favoritos, junto con Cinna. Y a ambos los mataron. 

Lo que si critico y, por otro lado entiendo, es que personajes tan maravillosos como Effie (Elizabeth Banks), Haymitch (Woody Harrelson) o Johanna (Jenna Malone) pasan algo desapercibidos. Merecen más y no creo que sus personajes en la saga hayan tenido el final que merecían. 

Si en la primera parte de 'Sinsajo' reflexionábamos acerca de cómo los medios de comunicación nos manipulan con propaganda política, la pregunta que emerge de 'Sinsajo 2' está más que clara: ¿verdaderamente el fin justifica los medios? Deberíamos preguntarnos si merece la pena tanta muerte.  Y es que en los tiempos en los que vivimos, hay que ser valiente para presentar ante el público una película que sea capaz de conmovernos entre tanto horror y tanta guerra. 

Nos guste más o menos la manera en la que Francis Lawrence, su director, ha resuelto esta saga, lo cierto es que ha sido realmente fiel al libro de Suzanne Collins apostando por un desenlace de una lógica aplastante y que, pese a esa idílica escena final, todos sabemos que no es un adiós precisamente bonito. Katniss Everdeen es madre de dos niños preciosos y es aparentemente dichosa en la vida que decidió construir con Peeta, pero los Juegos del Hambre siempre la perseguirán en forma de pesadilla. Nuestra heroína queda emocionalmente destruida, eso es más que evidente y lógico.

Odio las despedidas, pero espero no ver nunca más a Katniss y compañía porque la historia no tiene otro final. No hay nada más que contar.



Hasta siempre, señorita Everdeen. 



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