martes, 11 de febrero de 2014

Al estilo Hayao Miyazaki


Hayao Miyazaki y algunos de sus personajes más famosos. 

Puede parecer friki, pero desde pequeña siempre me encantó el manga y el anime, una afición que en gran parte le debo a mi padre (como casi todo). 'El guerrero Kenshin', 'Bola de Dragón', 'Chicho Terremoto', 'Oliver y Benji' y, más por mi cuenta, 'Sailor Moon' o 'La familia crece', protagonizaron prácticamente mi infancia y adolescencia.

Pero entonces llegó él, Hayao Miyazaki. Sin duda, el ilustrador anime que cambió mi percepción de este género y que hizo que fuera aún más fanática de los dibujos animados. 

Miyazaki es uno de los personajes más importantes de la industria del anime en Japón, una persona que ha revolucionado e inspirado a este sector del mundo del cine de infinidad de formas, que no podríamos resumir en este espacio.
A través de la práctica que adquirió desde muy joven, Miyazaki  depuró su técnica y encontró un estilo de dibujo entre shojo (manga para chicas), shonen (manga para chicos) y kodomo (manga para niños) que tanta fama le ha dado.  Poco después, en los estudios Zuiy Enterprise, llegó a ser el responsable de dos de las series anime más importantes de la historia,‘Marco’ y ‘Heidi’.

La primera serie que Miyazaki dirigió fue ‘Conan, el niño del futuro’. En esta serie ya podemos ver muchos elementos de lo que será la posterior obra de Miyazaki: niños protagonistas, mayores que les ayudarán en su viaje, malvados que no lo son tanto, etc. Aunque el autor sólo llegó a dirigir los nueve primeros, el diseño de los personajes y la acción sí que son obra suya.

Cuando en 1979 se cambió a la Tokyo Movie Shinsha para dirigir su primera película, ’Lupin III: el castillo de Cagliostro’, su nombre ya empezaba a ser conocido dentro del mundo de la animación. Pero fue en 1984, con el estreno de ‘Nausicaä en el Valle del Viento’, cuando el imaginario de Miyazaki mostró la punta del iceberg de una creatividad como pocas se pueden encontrar hoy en día. Poco después, se unió con su amigo Isao Takahata y montaron sus propios estudios de animación, Estudios Ghibli.

La mayor parte de su obra está pensada para los más pequeños, y trata temas tan diversos como la naturaleza, la ecología, el individualismo o la responsabilidad del ser humano para con el mundo. Además, pese a lo crudo de algunas de las imágenes de sus películas, casi todas contienen un mensaje antibelicista. 

Todas estas características, han hecho que Miyazki se abra un hueco entre el público de Occidente y los especialistas en dibujos animados. Su trabajo ha sido premiado en algunos de los festivales de cine más importantes del mundo como el de Venecia o la Berlinale, y su reconocimiento mayor le llegó en 2002 cuando se le otorgó el Óscar a la mejor película de animación por 'El viaje de Chihiro'. Este año también está nominado por 'El viento se levanta'

Personalmente, os recomiendo algunas de mis películas Miyazaki favoritas como: 'La princesa Mononoke', 'Nicky, la aprendiz de bruja', 'El castillo ambulante' o 'Ponyo en el acantilado'. 

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